Si hay algo que entrelaza estos veintiún cuentos, es la mirada desde la cual se presentan los conflictos: una mirada profundamente bondadosa, pensando la bondad en el sentido de un compromiso con el bien del otro, de una conexión con sus necesidades más hondas. 
Desde la mujer con cáncer que recibe una perturbadora propuesta para ponerle fin al sufrimiento suyo y de su familia, hasta aquella que usurpa una casa para restañar una vieja herida; desde el adolescente que grita su necesidad de amor a través de un tatuaje, hasta el anciano que recibe un gesto de amor en una encomienda; desde el hombre maduro que corre detrás del espejismo de una amante joven hasta la niña autista que se extasía ante un jacarandá en flor… 
Sin sentimentalismos y sin ingenuidad, Susana logra que sintamos ante todos ellos una compasión genuina, surgida de la constatación que van formulando estas historias: todos, por caminos directos o errados, por atajos imposibles o exasperantes circunvalaciones, buscamos la felicidad. Quizás es gracias a su formación médica, potenciada por su fina sensibilidad humana, que Susana Cruells alcanza una comprensión tan lúcida de los avatares propios de esa búsqueda.   
Los temas de este libro —anclados en las complejidades del mundo actual— nos llevarán a preguntarnos qué tan preparado está cada uno de nosotros para ese fenómeno que signa nuestra vida: los giros sorpresivos, las vueltas de campana, los inevitables cambios de estación.