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Foto de la ilustradora para la solapa.jpeg
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Esta vez fueron las imágenes las que pidieron texto. Liliana empezó con el dragón, pero creo que nunca pensó que sus ilustraciones derivarían en la historia que Melu tenía dentro suyo. De a poco, sin quererlo, fueron armando un equipo. En alguna ocasión eran los lugares a los que llegaba Melu los que pedían otros personajes, otros paisajes. Castillos, animales que no solo eran dragones, peces variopintos, un caballo, un caballero. También podía pasar que Liliana agregara algo más que despertara la fecunda imaginación de Melu y se abrieran nuevas líneas para el relato.
Al tiempo me llamaron para que revisara el trabajo, Liliana quería saber si me parecía que este proyecto podría ser un libro ilustrado, quería publicarlo. Me sorprendí por el vuelo poético de esa adolescente a la que le gustaba escribir, no cabía duda, pero que no parecía querer hacer de esto una profesión. También conocía ciertos trabajos de Liliana como artista plástica, pero no en papel y en blanco y negro, y mucho menos en esta narración diferente, donde el dragón era la contracara de la protagonista. 
Tuvimos varios encuentros virtuales, porque esta historia empezó en plena pandemia. A mediados de 2021 mi trabajo de corrección y revisión estaba terminado. Tocaría buscar una editorial, ver cómo armarlo, y de pronto, la nada misma… Otras tareas se interpusieron o se impusieron. Con el fin de la pandemia, Liliana volvió a tiempo completo a su trabajo como artista, Melu empezó la facultad, y el proyecto pareció quedarse sin aliento.
Una mañana, Liliana me contó que había soñado conmigo y con el libro del dragón, y que quería retomar el tema. En apenas unos días, se armaron la reunión con el editor, la corrección definitiva, el orden final de las ilustraciones, el título.
Siento que este dragón y su contracara también me eligieron para que forme parte de esta aventura, de modo que estas palabras son a la vez mi agradecimiento.
Hoy nos encontramos cumpliendo este deseo, la culminación de este bello trabajo en conjunto de Liliana y Melu, abuela y nieta “del corazón”, como les gusta decirse. Ojalá solo sea el comienzo.

Silvina Rodríguez Martínez

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