Cuando el tío Nene murió, la autora sintió la necesidad visceral de contar esta historia, en la que entreteje la construcción de su propia afectividad con la semblanza de aquel hombre capaz de llevarla de la mano a tomar su Primera Comunión, y de irrumpir en un banco con una ametralladora para protagonizar un golpe histórico, precursor del robo al Banco Río de Acasusso.
“¿Cuántas morales tenía mi madre?”, se preguntará al enterarse de que ella, tan rígida con sus hijos, había escondido el botín de su hermano en su propia casa, poniendo en riesgo a toda la familia.
¿De cuántas capas estamos hechos? ¿Alguno de esos sustratos es el esencial, el que nos define? Con frases cortas y precisas, en un registro que combina la emotividad y el humor, la autora invita a que cada lector se responda esa pregunta. Sin embargo, deja algunas pistas: somos quienes somos —parece sugerir— por cómo nos quisieron quienes nos quisieron.
Liliana Chimenti propone un ejercicio de autoficción que se vive como una película, se escucha como una confesión y se siente como un abrazo.
Alejandro Tloupakis