Un hombre de negocios, retirado, se vuelca a la escritura. Como carece de imaginación, prefiere ser el “escritor fantasma” de un misterioso personaje, el Doc, quien le provee una rica materia prima. Hasta que el Doc lo sorprende con un material de difícil abordaje: las crónicas surgidas de un taller de narrativa que él coordina en una cárcel. En ellas, “sus muchachos” se proponen narrarse, es decir, narrar las circunstancias y las decisiones que los llevaron a perder la libertad.
Entonces una noticia sacude la apacible vida del escritor fantasma: a sus 70 años, y desde muy lejos, lo contacta una mujer que dice ser su hija. Azorado, tendrá que despejar la niebla de medio siglo para recuperar una experiencia totalmente olvidada.
Los desafíos del Doc en la cárcel, las historias desnudas de los jóvenes presos, el desafío de construir un vínculo con una hija adulta… convergen en la pregunta que atraviesa estas páginas: ¿hasta qué punto somos artífices de nuestro destino? ¿Cuánto pesa la suerte de las cartas que nos tocaron? Si hay alguna lógica detrás, no nos queda entenderla sino aceptarla. Y echar manos a la obra para construirnos una vida. O para reconstruirla.
Veinte pasos y uno más alude a la distancia que los muchachos pueden recorrer a lo largo del pabellón, apenas veinte pasos, más el paso decisivo: el que darán una vez que recuperen el bien más preciado.
Roberto Murphy nos ofrece un libro para pensar nuestra propia vida, y para redescubrir los valores que hacen posible la convivencia.
Un libro imposible de clasificar, como todo lo verdaderamente interesante.
Alejandro Tloupakis